OPINIÓN

@juanette un Argenzolano único

Por: Virgilio García (@venditore1984)

Érase una vez un chico, ya no tanto ahora, Oriundo de Caracas, llamado Juan Fernández, hizo sus primeros pininos como comediante en Caracas, egresó de la Laureada Escuela del Humor de Reuben Morales, esa que quedaba en Chacao, cerca de la Pastelería Danubio, allí, el joven Juan, antes de cada clase, se metía entre pecho y espalda, un café y un dulce grande, al cabo de unas semanas, no sólo obtuvo, mayor densidad abdominal, sino también el título de Standopero; sin duda, nacía un comediante de peso…

Luego, palabras más palabras menos, comenzó a escribir una columna de humor, guiones humorísticos para radio, un libro y cuando pudo, también se fogueó en el medio nocturno de la comedia caraqueña… Sin embargo, el humor no paga cuentas, por lo que debía alternar su “hobbie” con trabajos de periodismo serio que si pagaban las facturas, además, el país se fue quedando pequeño, y pensó en migrar con la familia para buscar un nuevo comienzo, una prosperidad que la amada Caracas ya no podía dar.

Así, el buen Caraqueño, gocho, portugués, judío-católico y con innegables aires de isleño, tanto que se parece mucho a su ídolo Laureano Marques, se nos fue. Sin ton ni son y sin mucha despidera porque no le gusta llorar…

Buenos Aires fue el puerto seguro, el país de los Che, el mismo que nos legó a Charlie, Fito, Los Fabulosos Cadillacs y a los muy criollos Pericos (Después de todo ¿qué cuarentón no escuchó a los Pericos? Todos… claro, si eran más criollos que Gilberto Santa Rosa u Olga Tañón). Disculpen que me fui al caraj…vuelvo al relato…

 En fin, como venía diciendo, el ya no tan joven, caraqueño, gocho, portu, judío- católico se nos volvió Porteño pero también todas las anteriores, en las calles de Recoleta mientras se tomaba un Café con Cuentos y hablaba boludeces, nació la nueva rutina de Stand Up, nació la nueva comedia, en UN DE REPENTE que sólo vislumbran aquellos que entienden que la felicidad depende del ser; Juan perdió su densidad abdominal y se volvió Argenzolano, raza única de comediantes que hace humor para Argentinos y Venezolanos.

 Por decir lo menos, Juan giró 180 grados con vista a la Cruz del Sur y ahora es socio de humorístas argentinos que considera su familia, es parte del panel de locutores de un programa de radio y va de tarima en tarima, forjándose con la constancia del inmigrante un nombre en la comedia sureña. Así que si vas a Buenos Aires y ves en el colectivo a un Argenzolano con algo de stress pero a la vez risueño, compréndelo, no está loco, sólo va saliendo de una presentación a otra, a la que seguro llegará tarde, pero va confiado y sin prisa porque tiene otra oportunidad para hacer reír a su público y para ser feliz.

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