REPORTAJES

Impacto de la inactividad de los músculos a causa del COVID19

Millones de personas alrededor del mundo han sido impactadas por el COVID-19. Sabemos que el virus afecta a las personas de diversas maneras, pero una cosa es segura: el camino hacia la recuperación requiere fuerza y ​​energía. Las enfermedades a menudo nos dejan sintiéndonos débiles, pero con una nutrición adecuada puedes encaminarte para finalmente sentirte mejor, más fuerte y con más energía.

El impacto de la inactividad de los músculos

Si bien los efectos del COVID-19 son muy variados, los casos leves a severos pueden dejar a las personas inactivas o en cama durante días o semanas. Esto puede tener un impacto muy fuerte en la masa muscular. La investigación ha demostrado que, en adultos mayores sanos, solo 10 días de inactividad pueden conducir a una pérdida del 10% de la masa magra total de la pierna[1].

En este sentido, la nutricionista Jessica Lorenzo, Gerente Médico Senior para Abbott en Chile, explica que “la pérdida de masa muscular puede ser aún más grande en adultos mayores que se están recuperando de alguna enfermedad. Si bien no siempre es evidente de inmediato, esta disminución puede ser un obstáculo para la salud general”. De hecho, cuando se combate contra una enfermedad, perder músculo puede ser uno de los resultados más negativos que impactan en la salud, provocando discapacidades físicas y mala calidad de vida[2]. Sin embargo, la combinación correcta de movimiento y una dieta saludable puede ayudar a mantener la masa muscular y ayudar con la recuperación.

Priorizar la nutrición para recuperar la salud

Junto con la actividad física, una buena nutrición proporciona los nutrientes necesarios para apoyar la salud inmunológica y ayudar a prevenir o revertir la pérdida muscular. Incluso cuando se lucha contra el resfriado común, alguien podría evitar comidas nutritivas y optar por algo ligero y fácil, como galletas o sopa. Pero para recuperarse adecuadamente de una enfermedad, como COVID-19, es necesario incorporar una amplia nutrición para promover la salud y recuperar la fuerza. Los nutrientes que apoyan el sistema inmune incluyen proteínas, zinc y vitaminas A, C, D y E. Las proteínas también son clave para reconstruir el músculo que respalda su fuerza, energía y salud en general.

Un síntoma de COVID-19 puede ser la pérdida del gusto, y con cualquier enfermedad, a menudo también hay una pérdida de apetito. Esto puede dificultar que se obtengan los nutrientes que necesita para apoyar la recuperación. Por ello, los suplementos nutricionales pueden ayudar, ya que son ricos en nutrientes y fáciles de tomar, por lo que las personas pueden obtener los nutrientes importantes, independientemente del tamaño de su apetito. Además, los suplementos nutricionales orales también pueden ayudar a proporcionar una hidratación importante. Para promover la salud muscular, investigaciones demuestran que un compuesto poco conocido, el HMB (hidroximetilbutirato) derivado de un aminoácido llamado leucina, también puede ser beneficioso. Estudios han explorado el papel del HMB en las enfermedades crónicas y agudas, las hospitalizaciones y la pérdida muscular relacionada con la edad, y descubrieron que ofrecía una mejoría al:

  • Reducir la inflamación y mejora de la función pulmonar en pacientes con EPOC (enfermedad obstructiva crónica) en la UCI (unidad de cuidados intensivos)[3]
  • Preservar la masa muscular en personas que están inmóviles.[4],[5]
  • Mejorar la fuerza muscular con ejercicio[6] y función muscular en poblaciones mayores.[7]

Si bien el HMB se produce naturalmente en alimentos como la palta y el pomelo, es difícil obtener suficiente HMB solo de las fuentes de alimentos.[8] Por lo tanto, puede ser beneficioso buscar un alimento nutricional especializado que incluya HMB.

Cuando se recupera de COVID-19, o de cualquier enfermedad, es importante priorizar la nutrición para recuperar la buena salud. La actividad física combinada con la nutrición adecuada puede promover el sistema inmunológico y la salud muscular para ayudar a los adultos en su camino hacia la recuperación.


[1] Kortebein P et al. JAMA. 2007;297;1772-1774.
[2] Landi F. et al. Eur Geriatric Med: 2016;7(3):197-200.
[3] Hsieh, et al. Asia Pac J Clin Nutr 2006;15:544–50
[4] Deutz NEP et al (2013) Clinical Nutr. 32 (5) 704–712
[5] Hsieh, et al. Asia Pac J Clin Nutr 2010;19:200-208
[6] Vukovich et al J. Nutr. 2001;131:2049-2052
[7] Stout J et al (2013) Exp. Gerontol. 48; 1303-1310
[8] Zhang Z, et al. FASEB J. 1994;8:A464.