La “Constitu-niente” (Parte II)
Por: Daniel Godoy Peña
“Cuando se hace una Constitución se hace un código moral pero no se hace una moral… cuando se hace una Constitución se hace una ley de buen gobierno, pero no se hace un buen gobierno”
Andrés Eloy Blanco (1947)
Juan Vicente Gómez introdujo a Venezuela en el siglo XX y necesitó afianzar su poder a través de procesos constituyentes y reformas constitucionales para de esta forma darle estabilidad al país, acabar con el caudillismo, establecer las bases de una república donde la paz permitiera el progreso económico, social y político tan anhelado por los venezolanos, después que la Guerra Federal y las constantes revoluciones y alzamientos en el siglo XIX lo habían impedido. En total fueron siete los textos constitucionales o reformas empleadas por “El Benemérito”, la primera promulgada el 4 de agosto de 1909 y la última promulgada el 9 de julio de 1931. Cabe destacar que los textos de 1914, 1922, 1925, 1928, 1929 e, incluso la de 1931, son consideradas reformas de la Constitución de 1909, pero cada reforma se adecuaba a las necesidades políticas del momento. Fue a través de las distintas modificaciones que Gómez pudo, de cierta forma, volver a reconstruir las relaciones con las potencias extranjeras, con quienes Castro -por el incidente del bloqueo de 1902- había roto (con toda la razón).
Tras la muerte de Gómez el 17 de diciembre de 1935 asume el poder el general Eleazar López Contreras, lo que trajo consigo una reforma de la Constitución de 1931, sancionada y promulgada en julio de 1936, que buscaba hacer una transición pacífica y tranquila entre los sectores más conservadores del gomecismo y la nueva dirigencia política y militar que reclamaba cambios políticos significativos para el país. Esta reforma incorporó notables avances en materia derechos individuales y derechos humanos; y, con toda seguridad, el cambio políticamente más resaltante de esta reforma fue la disminución del período constitucional de 7 a 5 años. Cabe destacar que esta figura del período quinquenal estuvo en vigencia en todos los textos constitucionales hasta 1999.
El 18 de octubre de 1945 se produce el golpe de estado cívico-militar contra el presidente Isaías Medina Angarita, articulado por los adecos en cabeza de Rómulo Betancourt y un grupo de oficiales dirigidos por Carlos Delgado Chalbaud y Marcos Pérez Jiménez; y es esa Junta la que instala la Asamblea Nacional Constituyente de 1947, que contó entre sus miembros con venezolanos excepcionales como Andrés Eloy Blanco, Domingo Alberto Rangel, Antonio Pinto Salinas, Rafael Caldera, Lorenzo Fernández, por solo nombrar algunos. De este texto constitucional se esperaba mucho y así fue sancionada y promulgada el 5 de julio de ese mismo año. A esta nueva Constitución se le atribuyen los grandes e importantes cambios políticos hasta la época, pero, sin duda, el más trascendental de ellos fue el establecimiento del sufragio universal, directo y secreto para todo venezolano (hombre o mujer) mayor de 18 años. Este nuevo marco jurídico trae consigo una nueva concepción del papel del Estado, convirtiéndolo en un “Estado Activo” donde el intervencionismo era su principal función.
Tras la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, los principales partidos (Acción Democrática, Copei y URD) firman el “Pacto de Puntofijo” que sienta las bases del nuevo sistema democrático y político de nuestro país, para de esta forma darle vida a una de las democracias más sólidas que ha tenido América Latina y a la Constitución de 1961, que fue la primera en nuestra historia en la cual sus constituyentes habían resultado electos de forma universal directa y secreta, pues fue elaborada por una comisión bicameral compuesta por senadores y diputados que representaban a todas las agrupaciones políticas electas en diciembre de 1958.
La Constitución “Larga”, como me gusta llamarla, tuvo como base fundamental el texto constitucional de 1947, pero con una versión mejorada y aumentada de aquella y se promulgó el 23 de enero de 1961. Debe acotarse que esta Carta Magna soportó las más duras pruebas que ha tenido la democracia venezolana, que van desde 4 intentos de golpes de estado, pasando por un estallido social de protestas en 1989 y la destitución y enjuiciamiento de un presidente en 1993. Todos esos embates sufridos por la Constitución del 1961 no fueron en vano, pues al amparo de ella -y por primera vez en nuestra historia republicana- un presidente entregaba su cargo a otro electo de un partido distinto al de gobierno; se sentaron las bases de un Estado moderno y modelo, no solo en materia política y jurídica, sino también en el área social, económica y productiva con las obras más grandes de infraestructura que ha conocido Venezuela.
Con la llegada de Chávez al poder en 1998 y bajo la promesa de una nueva Constitución, entra en una fase agónica la “Larga” para pasar a ser la “Moribunda” y se inicia un nuevo proceso constituyente, en el cual los constituyentistas fueron elegidos de forma directa por el pueblo venezolano. Desde el punto de vista jurídico son indudables los avances en materia de derechos humanos y colectivos que amplía la “Bolivariana” con respecto a la de 1961, ya que, incluye derechos ambientales y de protección del medio ambiente que se convirtieron en una referencia en la región; reconoce el derecho de los pueblos indígenas y sus lenguas; en materia de derechos políticos establece el referendo consultivo y el referendo revocatorio; establece la obligatoriedad de todos los funcionarios de elección popular a rendir cuentas, etc., junto a un sinfín de previsiones que la convierten en una Carta Magna garantista y de vanguardia y, sin duda, “Revolucionaria” porque es la primera Constitución en Venezuela que requirió ser aprobada en referendo popular para su entrada en vigencia.
Lo que pasará a la historia de este país como una obra maestra, digna de las más grandes odas, prosas y ensayos sobre negligencia, ineficacia, ineficiencia, engaño y decepción -y además como la única Constituyente que no produjo ningún texto constitucional nuevo, ni siquiera una reforma de importancia y relevancia para Venezuela- será la “Constitu-Niente” de 2017, ya que fue una Asamblea Constituyente convocada y constituida para “no” elaborar una Constitución, ni reformar la vigente. Así quedará para nuestros registros históricos: como un grupo de personas elegidas a los golpes para no hacer nada, lo que es solamente el reflejo de quien la convocó.
@danielgodoyp
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