¡PUES AL CABO QUE NI QUERÍA!
Por: Daniel Godoy Peña
Hoy da inicio al evento político que más expectativas ha generado en Venezuela en el último año: la instalación de la mesa de diálogo promovida por el Reino de Noruega, en la cual se volverán a ver las caras los representantes del gobierno de Maduro y los de un sector de la oposición conocido como el G4. No es la primera vez que este tipo de encuentros ocurre y seguramente, mientras siga el madurismo en el poder, tampoco será la última, pero lo que si es cierto, es que será el primero en el cual el gobierno no tiene como prioridad resolver una crisis política, sino buscar viabilidad económica y financiera para superar las crisis que atravesamos producto de sus malas políticas, potenciadas por las sanciones impuestas por administración Trump y la Unión Europea en contra de algunas empresas de Estado venezolano.
Maduro y sus representantes van sin apuro, con necesidad, pero sin apuro, porque después de un par de años con sanciones y luego de la fuerte presión política ejercida por algunos países de la comunidad internacional la realidad es que, ni Maduro, ni su gobierno se han ido; al contrario han podido sortear y burlar muchas de las sanciones y han establecido vínculos con algunos de esos países que anteriormente ejercían presión y lo catalogaban de ilegitimo, porque la hecatombe que se esperaba que acabara con el gobierno producto de la crisis económica nunca ocurrió.
En cambio, la oposición del G4 irá a México con la expectativa de conseguir alguna concesión política que le permita mostrar algún triunfo o ganancia ante sus seguidores y, sobre todo, que les permita justificar su participación en las próximas elecciones regionales; porque, aunque ya todo el mundo sepa que el citado Grupo va a participar en el venidero proceso comicial, hasta la fecha no ha existido ningún pronunciamiento oficial de sus voceros al respecto.
En todo proceso de negociación o diálogo -como usted lo quiera llamar- las partes buscan satisfacer unos intereses, expectativas o necesidades y puede que no siempre coincidan e incluso pueden ser distintas, lo que sí es ley en un proceso de esta naturaleza es que, para lograr los objetivos planteados los involucrados en el proceso deben hacerse concesiones, ceder, debatir, reconocerse, pero ojo, el que dos partes se sienten a negociar no quiere decir que tienen la misma relación de fuerza o capacidades, o que se sienten en condición de iguales, y ahí está el primer detalle: Maduro va como gobierno y el G4 va como oposición, pero esto no termina ahí, el gobierno tiene más que ofrecer que la oposición, las concesiones que hace el madurismo si dependen de ella, las de la oposición no.
Los intereses y objetivos del gobierno son claros y no tiene para ellos mayor discusión, lo han repetido hasta la saciedad… Levantamiento de sanciones, devolución de los activos, empresas y fondos de la república que están retenidos ilegalmente en el extranjero, ese es su objetivo y de no lograrlo -así sea de manera parcial- no tendrá inconveniente alguno en darle una patada a la mesa de negociación como lo ha hecho en repetidas ocasiones, levantarse y dar por zanjado el diálogo, la delegación de Maduro asiste a México para hablarle a la comunidad internacional no al G4, para demostrar que tienen toda la disipación de dialogar, pero dialogar con quienes tienen de verdad la capacidad de cumplir sus peticiones. Por más que usted piense y crea que el G4 o sus representantes haciendo una llamada tienen la capacidad para cumplir con las solicitudes del gobierno, más que auto engañarse es tratar de retener agua en cuenco roto.
El gobierno sin pudor alguno, incluso de manera pornográfica, cumple o deja de cumplir lo prometido según sus necesidades y antojos, negocia la conformación de un nuevo CNE, pero persigue y encarcela a líderes políticos de la oposición; se sienta con las “oposiciones” que le dé la gana y los utiliza solo para lo que les conviene, nada que no se sepa, y como no ve riesgo alguno en el ámbito de lo político, utilizará esta oportunidad para resolver su gran quebradero de cabeza: la economía.
En cambio, la oposición del G4 -la única invitada como tal al sainete en tierras aztecas- deberá hilar fino para que no se descosa la delicada madeja que la comunidad internacional ha tejido para poder llevarlos al diálogo. El primer paso que debe dar este Grupo para que la fiesta entre en calor es solicitar el levantamiento de las sanciones que afectan a las empresas del estado y por ende a los venezolanos, todos sabemos que esa es la bala de plata que tienen en el bolsillo, pero como es una bala prestada es preferible que se antepongan los intereses de la mayoría antes que los particulares. Los intereses de la oposición si están en manos del gobierno, la libertad de los presos políticos, la restitución de las tarjetas de los partidos, la habilitación de líderes y candidatos para que puedan participar y más observación internacional para rescatar la confianza en el voto.
Si nuestros representantes opositores llegan a México con la cantaleta de repetir las elecciones de la Asamblea Nacional, de adelantar los comicios presidenciales y luciendo como si estuvieran en la misma condición del gobierno auguro un resultado nefasto, no solo para la oposición, sino para todo el país, porque la crisis económica se va a profundizar aún más y ni Maduro ni su gobierno van salir a corto plazo del poder, incluso sería darle la excusa perfecta al gobierno para que agarre sus maletas con rumbo a Caracas.
El madurismo, independientemente de sus diferencias -que existen y son reales- acudirán al diálogo como un bloque compacto y como los que son: representantes de un gobierno que responden a una línea clara de mando, no así la oposición, -cuyos integrantes representan los intereses de sus partidos e incluso algunos han “renunciado” a sus antiguas ocupaciones para poder ir al encuentro- lo que demuestran es que no todos compran o están sometidos a los lineamientos de Guaidó y compañía.
Independientemente de lo que logre la oposición en el diálogo, sus esfuerzos deben estar centrados en devolverle a sus seguidores la confianza en el voto, en el sistema electoral y la construcción de una alternativa de cara al 2024 y no permitir que el gobierno se salga del redil de la negociación, si no se es asertiva y consiente de las limitaciones que tienen para negociar Maduro seguirá afianzado, abandonará el espacio y cuando la comunidad internacional y los venezolanos le pregunten o increpen sobre el porqué de tal decisión responderá como lo hacía el Chavo del 8 ¿El diálogo? ¡Pues al cabo que ni quería!
@danielgodoyp
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