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México evalúa endurecer los requisitos de entrada a venezolanos a petición de EEUU

En el primer mes del año fiscal 2022, la Patrulla Fronteriza detuvo en el límite sur a 13,385 venezolanos, un número que no se había visto en los dos últimos años fiscales anteriores. La cifra llevó a Estados Unidos a presionar a México para que endureciera los requerimientos para la admisión de venezolanos, según un reporte de la agencia Reuters.

Un funcionario mexicano dijo a la agencia que las medidas podían comenzar a implementarse pronto. Otro más explicó que revisan las opciones con Venezuela y exploran la posibilidad de imponer una visa. Hasta ahora, los ciudadanos del país sudamericano no requieren visa para ingresar a México.

Una tercera fuente dijo que Estados Unidos está urgiendo a su vecino para que tome medidas para ralentizar la entrada de venezolanos al notar las reiteradas quejas de los agentes de la Patrulla Fronteriza por el repunte en las detenciones de ciudadanos de ese país. México, explicó la fuente, busca asegurarse de que quienes ingresen no lo hagan diciendo mentiras.

Una cuarta fuente aseguró que el esfuerzo de EEUU con México se está haciendo a través de canales informales diplomáticos y el Departamento de Seguridad Nacional, pero sin ejercer fuerte presión, como sí ocurrió durante el gobierno de Donald Trump ante crisis migratorias.

En los dos años fiscales anteriores, el grueso de los venezolanos que han sido detenidos son adultos que llegaron solos cruzando el río Bravo desde México. Van seguidos en número por familias. Un número mucho menor es de niños venezolanos que viajaron sin sus padres o custodios hasta la frontera sur y fueron arrestados: 7 en 2020, 315 en 2021 y 86 en octubre de 2022.

La migración venezolana no es una novedad. El país tiene al menos seis años viendo cómo sus ciudadanos huyen de la crisis económica, política y social a la que lo ha conducido el gobierno de Nicolás Maduro. Cuando llegan por el mundo pidiendo refugio, en sus historias se escuchan persecuciones políticas por ser opositores, asesinatos o agresiones a familiares contrarios al régimen y hartazgo por la crisis permanente que solo empeora con los años.

En junio de 2021, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados aseguró que los venezolanos son el segundo mayor grupo de población refugiada y solicitante de asilo, con 5.4 millones de personas que han abandonado sus hogares desde 2015. La cifra solo había sido superada entonces por Siria. Ese número corresponde a quienes se encuentran en países de América Latina y El Caribe, así la cifra seguro es mayor.


La ONU consideró entonces al éxodo venezolano como la “segunda crisis de desplazamiento más grande del mundo”. Explicaron que entre ellos, más de la mitad solo comen una comida al día; que 25% de los niños son separados de sus familias durante el proceso migratorio; y que 80% perdió su fuente de ingreso desde el inicio de la pandemia.

La posibilidad de que se tome esta decisión ha generado reacciones entre líderes políticos venezolanos. David Smolansky, opositor exiliado y quien coordina la respuesta a la crisis venezolano junto a la Organización de Estados Americanos (OEA), dijo a Reuters que “los migrantes y refugiados venezolanos están huyendo de una emergencia humanitaria compleja, en un país donde no hay justicia, ni libertad y que es violento (…) De cara a esa situación es fundamental que ellos reciban protección”.

Una de las fuentes dijo a Reuters que este es uno de los temas que se tratará la semana que viene, cuando se espera que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, viaje a Washington para una cumbre entre Estados Unidos, Canadá y México.