OPINIÓN

La naturaleza según Luz María Charlita

Por: Linda D’ambrosio

Una vez más el acontecer cultural de Madrid gira en torno al talento venezolano. En esta oportunidad se trata de la exposición retrospectiva Inspiración: la naturaleza, de Luz María Charlita.


La muestra se está llevando a cabo desde el jueves 10 de febrero en el emblemático Centro de Arte Moderno de Madrid, cuyos espacios, mitad librería y mitad museo, albergan objetos personales de escritores tan relevantes como Jorge Luis Borges o Julio Cortázar.


La exposición de Luz María incluye piezas elaboradas en distintos momentos de su trayectoria artística y hechas con diversas técnicas. La artista explica: “¿Por qué? Porque soy una persona muy inquieta. Me fastidia hacer lo mismo ¡pero muchísimo! Cada pieza es una nueva búsqueda. Obviamente sigue el hilo conductor de mi creatividad, porque soy yo misma: es mi alma, es mi espíritu, es mi mente. Pero se van generando otras “ilustraciones”, otras expresiones, siempre trabajando con materiales naturales, metales, fibras, papel, madera.”


La obra de Luz María surge signada por dos influencias preponderantes: el amor por la naturaleza y su formación como arquitecto. De hecho, las obras más recientes que forman parte de la exposición pertenecen a una serie de collages en que la artista siente que logra romper la tendencia geometrizante que hasta hace poco había imperado en su trabajo: “Siendo arquitecto, me ha costado mucho soltar la mano. ¿Qué quiere decir eso? Que voy siempre hacia la geometrización de cualquier figura. Para llegar a la no-geometrización, como es el caso de esos collages que hice, y del tapiz, que es tejido y bordado, me he tenido que despojar de todos esos patrones arquitectónicos, aunque están allí porque son parte de mi formación. Pero me he dado la libertad de soltarme, de soltar mi creatividad, a ver qué sale”, explica. Y añade: “Son un homenaje a artistas como Botticelli, como Matisse, como Joaquín Sorolla… Son las caras de algunas de sus obras. Las intervengo y las lleno de flores”.


Y es que, de hecho, la flor es una constante en su producción artística. Afirma: “yo tengo que trabajar desde la armonía. Por eso es que me conecto con la belleza en la naturaleza. Y mi expresión más relevante es la flor. Es un privilegio poder contemplar una flor, tenerla en la mano, trabajar con ella. Para mí, es un milagro. Ese es el punto de partida: una conexión con lo natural, con la estética, con las proporciones”.


Luz María reconoce la influencia familiar en el desarrollo de su obra: “En mi casa había un genuino amor por la naturaleza. Era muy importante ver que había una mata de mango fabulosa, o seguirle la trayectoria a los azahares de una mata de limón para luego ver salir los limoncitos. Mi mamá estuvo muchísimos años en el Garden Club de Caracas, en el club de bonsáis de Venezuela… Y mi papá tenía la costumbre de llegar los sábados con unos ramos de flores para mi mamá, tan grandes, que no había florero capaz de albergarlos.”


La artista siente la necesidad de trabajar con las manos, de palpar, de moldear los materiales. Incursionar en las artes del fuego resultó para ella fascinante: “Trabajar con fuego es descubrir un mundo de matices, de misterio… Empecé haciendo piezas pequeñas, orfebrería ornamental, adornos para el cuerpo, accesorios. Y seguí luego con las esculturas, por medio de murales e instalaciones. Y, finalmente, llegué a mi escultura más relevante, que es la Flùr. De allí se genera entonces la joyería Flùr , que forma parte de la exposición del Centro de Arte Moderno.”


Esperamos que esta artista polifacética coseche el mayor de los éxitos con esta muestra, que deja muy bien parado el talento venezolano.


linda.dambrosiom@deportes

Reporte Latinoamérica no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este articulo.