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Estados Unidos reabre su consulado en Cuba, aunque de forma limitada

La noticia la dio a conocer el principal diplomático estadounidense en Cuba, Timothy Zúñiga-Brown. La sede representativa reanudará su actividad de manera limitada para algunos servicios de visas de inmigrantes. El grueso de los casos seguirá siendo atendido por la embajada norteña con sede en Guyana.

El anuncio llega en medio de una compleja situación económica y social en la isla, donde miles de cubanos intentan migrar en busca de un mejor futuro o para reunirse con sus familiares residentes en el país del norte.

La decisión se da como parte del resultado de la revisión, en curso, de la política hacia Cuba del presidente Joe Biden. El personal que radicará en la isla tendrá que abordar una acumulación de más de cuatro años de solicitudes de visas de inmigración. Las declaraciones de Zúñiga-Brown no tocaron directamente el tema del aumento del personal. Tampoco dio a conocer calendarios o números de funcionarios.

Posterior al anuncio, la embajada dio a conocer en un comunicado que estos nuevos cambios se concentrarán en el “procesamiento limitado de visas de

Miles de cubanos exigen al Gobierno de Estados Unidos el regreso a la normalidad de los servicios consulares en La Habana. Desde el impasse que llevó al cierre de la representación, los isleños deben realizar sus trámites de visa en un tercer país, específicamente Guyana, lo que encarece el proceso, al tener que pagar estadía, vuelos y trámites, sin tener segura una aprobación de la autorización de entrada.

¿Señales de cambio?

Algunas voces señalan que este gesto no debe leerse como una señal de cambio, sino como el principio del cumplimiento de una de las promesas de Biden incumplidas hasta el momento: el restablecimiento de los servicios en la embajada de La Habana.

Sin embargo, para el politólogo cubano Rafael Hernández, la “deliberada” interrupción del acuerdo migratorio con Cuba, que prevé 20.000 visas anuales a cubanos, ha provocado en cuatro años “una especie de Mariel silencioso”, refiriéndose al puerto por el que en 1980 salieron hacia Estados Unidos cientos de miles de personas.

Citado por AFP, para Hernández el gesto reciente “no tiene nada que ver con darle continuidad a la política de Obama”, es “darle marcha atrás a barbaridades cometidas” por Trump que afectaron a los cubanos que viven en Estados Unidos.

Por su parte, Michael Shifter, presidente del centro de análisis Diálogo Interamericano, coincide en que “sería un error interpretarlo como el inicio de una apertura significativa hacia la isla”. Es una decisión respaldada por republicanos y demócratas que “no tiene costo político para la administración de Biden”, indicó.

El síndrome de La Habana

Diplomáticos residentes en la capital cubana, específicamente estadounidenses y canadienses, experimentaron una serie de extraños padecimientos clínicos, por lo que la administración de entonces, encabezada por el expresidente Donald Trump, decidió retirar la mayoría del personal representativo de la isla.

Los afectados experimentaban dolores de cabeza, náuseas y vértigos, presuntamente producidos por algún tipo de arma de microondas. Medios estadounidenses, como la cadena NBC news, dio a conocer en diciembre del año 2020 que un comité de expertos de las Academias Nacionales de Ciencias de EE. UU. determinó que la energía de microondas “parecía haber sido el mecanismo más plausible para explicar estos casos”, a lo que el Departamento de Estado respondió, en ese entonces, que cada posible causa seguía siendo “especulativa”.

Con el avance de las investigaciones, la Agencia Central de Inteligencia (CIA), descartó que el síndrome de La Habana, experimentado también en países como China y Colombia, fuera parte de un complot extranjero contra sus diplomáticos.

Guardia de seguridad cubano vigila el perímetro de la representación diplomática estadounidense en La Habana. Imagen de archivo. 

Un impasse en las relaciones

El 17 de diciembre de 2014 y luego de varios encuentros secretos entre representantes de ambas partes, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, y el entonces jefe de Estado cubano, Raúl Castro, decidieron iniciar conversaciones oficiales con el fin de retomar las relaciones diplomáticas.

Los encuentros previos tuvieron lugar en Canadá bajo estricto secreto, con la mediación del Vaticano. Como parte de los acuerdos de restablecimiento, se decidió reabrir las representaciones diplomáticas de ambos Estados en sus respectivos territorios.

Con la llegada a la Casa Blanca del expresidente Trump, se dio marcha atrás a los acuerdos alcanzados, con la promesa de poner fin al Gobierno y al sistema político impuesto en la isla por más de sesenta años.

Buena parte de la comunidad cubana en la Florida, apoyó las medidas impuestas por el presidente Trump con la finalidad de provocar la caída del gobierno impuesto en Cuba.

La nueva administración, encabezada por Biden, prometió en campaña retomar el curso que había dejado Obama, pero las denuncias constantes de violación a los derechos humanos, las manifestaciones protagonizadas por los cubanos en julio del pasado año y la fuerza con la que el gobierno reprimió cualquier indicio de oposición en esas jornadas y fechas posteriores, fortaleció el impasse en las relaciones entre Washington y La Habana.

Con Información de France24.com