Sedan a niños para que no lloren y pagan a autoridades migratorias: así operan los ‘coyotes’ en México
Un ‘coyote’ que opera en Tapachula, México, asegura que para lograr que un tráiler lleno de inmigrantes pueda cruzar la frontera deben pagar en las casetas y puestos de control, así como a policías municipales, estatales, federales, miembros del ejército y la Guardia Nacional. El sujeto, que lleva 10 años dedicándose a esta actividad criminal, cuenta que compran jarabes para que los niños viajen dormidos y así evitar ser descubiertos.
El Río Grande, frontera natural entre Estados Unidos y México, es uno de los puntos de cruce para miles de personas que buscan llegar a la Unión Americana. Para hacerlo pagan miles de dólares a traficantes o ‘coyotes’ que los transportan en balsas inseguras hasta el lado estadounidense. Un equipo de France 24 fue testigo de la odisea de hombres, mujeres y niños solos, que se arriesgan para lograr el anhelado “sueño americano”.
Huyen de la violencia y la falta de oportunidades. Esa es la razón por las que miles de personas deciden emprender un viaje peligroso hacia el norte, con destino a Estados Unidos.
La historia se repite una y otra vez cuando cae la noche a orillas del Río Grande, a su paso por la localidad de Roma, en Texas. Balsas inflables, conducidas por ‘coyotes’, llegan con grupos de migrantes a bordo. Es un recorrido inseguro, por algo del lado mexicano se le nombra Río Bravo a dicho afluente. Pero pese a los peligros, los viajes continúan.
El del Río Grande es solo uno de los pasos que cruzan los migrantes que quieren llegar a Estados Unidos. Los números de los que pasan la frontera son altos: en abril más de 178.000 personas llegaron de manera irregular a la Unión Americana, pero disminuyó el dato de los menores solos que pisaron suelo estadounidense.
Mamen Sala, corresponsal de France 24 en Nueva York, viajó hasta Texas para reportar lo que pasa en uno de los tramos más concurridos de la frontera en los últimos meses.
Con Información de France24.com