LATINOAMÉRICA

Siguen las protestas en Panamá y los ciudadanos ya empiezan a sufrir escasez de alimentos, combustible y medicamentos

Los bloqueos de carreteras impiden el paso de camiones cisternas y otros que transportan mercadería. Los productores agrícolas han dicho que hubo pérdidas por más de USD 130 millones

Tres semanas de continuas manifestaciones y bloqueos de carreteras para protestar por los altos costos de combustibles y alimentos en Panamá han comenzado a provocar escasez de algunos productos alimenticios, combustibles y medicamentos.

Los cierres, incluido el de la Carretera Panamericana, han obligado a la empresa eléctrica nacional a racionar la electricidad en la provincia de Darién, fronteriza con Colombia. Los camiones cisterna que transportan gas para hacer funcionar la planta de generación de energía no pueden llegar. Unas 7.000 familias se han visto afectadas por la reducción del servicio eléctrico a 11 horas diarias.

En el principal mercado mayorista de Panamá que abastece tanto a los supermercados como a los consumidores individuales, hubo poco tráfico peatonal el miércoles. Las mesas de exhibición generalmente repletas de productos tenían mucho menos que ofrecer. Algunas verduras como la lechuga y los tomates, en particular, escaseaban.

“Este stand siempre estaba lleno. Ahora no tengo muchos productos”, dijo Víctor Palacios. “Ayer (martes) no había mucha mercancía”.

Dijo que su producto proviene de las tierras altas de la provincia occidental de Chirique. “Lo poco que ha llegado de allí está caro y dañado”, dijo Palacios.

Gobierno y sindicatos negocian ante el clamor ciudadano para que las autoridades bajen los precios de los combustibles, alimentos y medicinas Gobierno y sindicatos negocian ante el clamor ciudadano para que las autoridades bajen los precios de los combustibles, alimentos y medicinas

La provincia de Chiriquí es el principal proveedor de productos agrícolas de Panamá. Los indígenas Ngobe-Buglé que viven allí han bloqueado importantes tramos de la Carretera Panamericana, deteniendo camiones que intentan llevar productos agrícolas a la capital. Los bloqueos también están afectando los envíos provenientes de otras partes de Centroamérica.

Los grupos que representan a los productores agrícolas han dicho que las protestas han causado pérdidas por más de 130 millones de dólares hasta el momento.

Desde hace tres semanas, Panamá enfrenta las mayores protestas sociales en décadas, cuyo catalizador fue el creciente aumento de los precios de los combustibles y de los alimentos. A medida que se prolonga el descontento en las calles se suman otros reclamos, como los altos costos de los medicamentos y los bajos salarios en un país con alta desigualdad, según estadísticas.

Gremios de docentes encendieron la mecha de las protestas al declararse en huelga indefinida y a ellos se fueron sumando otras organizaciones y sindicatos —como el de la industria de la construcción—, grupos indígenas y la ciudadanía en general. Los cierres, incluyendo la carretera internacional Panamericana, están causando desabastos de alimentos, combustibles y oxígeno en los hospitales, según autoridades.

La gota que derramó el vaso fue el alza imparable de los combustibles desde fines de febrero, que según los expertos impactó al ya creciente costo de los alimentos. El precio del galón de gasolina se disparó alrededor de un 40%, según las estimaciones oficiales y del mercado. Un galón de gasolina llegó a pagarse en casi seis dólares a inicios de mes.

Las protestas continúan en Panamá Las protestas continúan en Panamá

Los economistas estiman que la inflación, que según cifras oficiales alcanzó el 4,2% en mayo, alcanzaría el 6,0% en junio debido al aumento de la gasolina.

“Eso es alarmante para Panamá, que no está acostumbrado a eso”, apuntó a la agencia AP Rolando Gordón, profesor de Economía en la Universidad de Panamá. Aludió a que históricamente este país de más de cuatro millones de habitantes y con el dólar estadounidense como moneda de circulación legal siempre estuvo a salvo de los fenómenos inflacionarios de otros países de la región.

Los gremios de maestros y profesores exigieron el congelamiento y/o la rebaja de los combustibles, un tope de precios a los alimentos y un aumento del presupuesto para educación. Ahora también surgen reclamos para que se bajen los precios de los medicamentos, se ponga un alto al desabastecimiento en las farmacias de la entidad de Seguridad Social y se mejoren los salarios.

En el fondo, dice el analista político Miguel Antonio Bernal a la AP, las protestas también tienen que ver con un “hartazgo” social hacia lo que considera despilfarros en la administración de los dineros públicos y de los recurrentes escándalos de corrupción en últimas décadas.

También menciona la “histórica” desigualdad, pese a un país de servicios que opera el canal interoceánico y con una capital llena de rascacielos. Un informe oficial sobre distribución de ingresos de los hogares en 2015 señaló que el 10% de las familias más ricas de Panamá tenía 37,3 veces más ingresos que el 10% de las familias más pobres del país.

Con información de AP