INMIGRACIÓN

A pesar de que el Senado estranguló la reforma migratoria, demócratas y republicanos siguen a la caza del voto latino

Con la aprobación del plan reducido de gastos en el Senado legisladores cerraron la puerta a cualquier posible beneficio migratorio antes de la elección de medio período de noviembre. La inacción del Congreso vuelve a decepcionar a la comunidad inmigrante.

Simultáneamente a la aprobación el domingo del plan reducido de gastos en el Senado, demócratas y republicanos le dieron el tiro de gracia a la reforma migratoria que en la campaña 2020 el presidente Joe Biden prometió a sus electores.

Se trataba del último intento luego que los senadores demócratas Kyrsten Sinema (Arizona) y Joe Manchin (West Virginia) alcanzaran un acuerdo con el líder de la Cámara Alta, Charles Schumer, para votar a favor del proyecto de ley respaldado por la Casa Blanca.

Fue una votación pareja 50-50 y el empate lo rompió el voto de la vicepresidenta Kamala Harris. Y tanto Sinema como Manchin lograron lo que se proponían, “concesiones para los sectores corporativos de sus respetivos estados”, dice Juan José Gutiérrez, director ejecutivo de la Coalición Derechos Plenos para los Inmigrantes, en Los Ángeles, California.

“Ellos sí consiguieron lo que querían, pero la bancada demócrata, teniendo asegurados los 50 votos más el sufragio de la vicepresidenta Harris, no fueron capaces de presionar y darle a la comunidad inmigrante indocumentada un beneficio como lo habían prometido”, agregó.

Se cerró la puerta

Tras la aprobación del plan de gastos el domingo, la posibilidad de aprobar una enmienda o ley con 51 votos (bajo un proceso de reconciliación) terminó. “Mientras no haya 60 votos no hay forma de pasar algo en el Senado” (relacionado con inmigración), aseguró a Univision Noticias la oficina del Senador Bob Menéndez (demócrata por Nueva Jersey).

Eso significa que la promesa de campaña de Biden ha muerto sin siquiera llegar al pleno de la Cámara Alta. Solo alcanzó a pasar en la Cámara de Representantes el 18 de marzo del año pasado, cuando en esa instancia y con respaldo bipartidista fueron aprobados dos proyectos de ley que incluyeron un camino a la ciudadanía para entre 6 y 7 millones de indocumentados (dreamers, titulares del Estatus de Protección Temporal -TPS-, trabajadores esenciales y campesinos).

En los meses siguientes los demócratas intentaron en tres ocasiones convencer a la principal asesora del Senado, la abogada Elizabeth MacDonough ( Parlamentarian), de incluir vías de legalización para indocumentados (los planes aprobados por la Cámara Baja, modificar la Ley del Registro y un amplio plan para diferir la deportación de hasta 8 millones de indocumentados), pero los intentos fueron desestimados porque la legalización resulta demasiado onerosa para los contribuyentes ($130,000 millones en una década, dijo MacDonough).

“Pensamos que no habrá nada (debate migratorio) hasta después de la elección” de medio tiempo del primer martes de noviembre, dice Wadi Gaitán, portavoz de La Iniciativa Libre, grupo conservador que mueve un bloque republicano moderado clave en ambas cámaras del Congreso.

Qué dicen los activistas

El fracaso del cumplimiento de la promesa migratoria de campaña de Biden tiene decepcionados a organizaciones y activistas que defienden los derechos de millones de indocumentados que viven en Estados Unidos, algunos desde hace más de dos décadas.

“El problema es que, por un lado, tenemos al partido republicano que ya de plano, aún cuando argumentan que son el partido de la economía, sabiendo que la comunidad inmigrante -la que entra legalmente o la que ya está aquí indocumentada- ambas son piezas clave del motor de la economía del país”, dice Clarissa Martínez de Castro, vicepresidenta de UnidosUS.

“Sin embargo, los republicanos no sólo se han dedicado a atacar a los indocumentados, sino que ahora están promoviendo ataques también en contra de la inmigración legal”, postura que a juicio de Martínez contradice su discurso.

“Para una reforma migratoria se necesitan más votos (60) de los que hay en estos momentos (50 por cada partido en el Senado) y los republicanos no quiere avanzar la solución que ellos quieren (una política antiinmigrante) y tampoco respaldar a la mayoría de los estadounidenses (más del 70% según muestras) que están a favor de la legalización”, dijo Martínez.

La vicepresidenta de UnidosUS indicó además que “aparte de eso, los republicanos no solo están impidiendo la legalización de la mayoría de los 11 millones de indocumentados, sino que están dedicados, en pleno, a avanzar en una retórica que le pone un blanco en la espalda en los inmigrantes y a muchos de la comunidad hispana”, indicó.

A la pregunta por qué, a casi dos años de la salida de Trump de la Casa Blanca, los republicanos siguen promoviendo la política migratoria de ´tolerancia cero´, que influyó en la derrota electoral del 2020, Roberto Izurieta, director de los programas de América Latina y Campañas Políticas de la Universidad George Washington, respondió: “Porque existe resonancia en un grupo de electores” que puede jugar un papel clave en el resultado de los comicios de noviembre, cuando los estadounidenses acudan al Congreso a renovar la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, ambos controlados por los demócratas.

Y no importa si el mensaje que se envía al electorado sea “verdad o mentira” respecto a los inmigrantes, precisó.

Con Información de Univisión