ELECCIONESMUNDO

Elecciones en Italia: ¿Quién se presenta? ¿Cómo funcionan? ¿Quién puede ganar? 

Italia se prepara para unas elecciones generales anticipadas el domingo 25 de septiembre. Aquí explicamos cómo funcionan las elecciones italianas, quiénes son los principales partidos y candidatos, y cuál será el resultado más probable.

¿Por qué se celebran elecciones anticipadas?

Las próximas elecciones generales en Italia estaban previstas inicialmente para la próxima primavera. Entonces, ¿por qué los políticos han luchado contra las tórridas temperaturas de este verano para hacer campaña electoral?

La razón es la dimisión del Primer Ministro, Mario Draghi, el 21 de julio, y el colapso de su gran coalición de Gobierno, que incluía partidos de izquierda, derecha y centro. Draghi llegó al poder después de que otra coalición -encabezada por el abogado Giuseppe Conte- se derrumbara en enero de 2021.

Draghi ha sido aclamado por analistas y comentaristas de todo el mundo por encabezar la recuperación económica de Italia tras la crisis de 2021, lo que le llevó a ser elegido “país del año” por The Economist, algo que contrasta con la etiqueta de “enfermo de Europa” que ha seguido a Italia tras años de lento crecimiento económico.

Fue el denostado ex primer ministro, Conte, quien provocó la caída del Gobierno de Draghi. El partido de Conte, el Movimiento Cinco Estrellas, se desmarcó retractándose de su apoyo al decreto de ayuda económica de Draghi.

about:blank

Eso se debió en gran medida a los desacuerdos sobre la cuantía de las ayudas ofrecidas a las familias y a la propuesta de construcción de una nueva planta de producción de energía a partir de residuos para hacer frente a la crisis de la basura en Roma, un plan que el Movimiento Cinco Estrellas impugna por temor a su posible impacto medioambiental.

La dimisión de Draghi ha provocado que la precampaña para las elecciones generales del país haya arrancado en agosto, un mes en el que la mayoría de los italianos se van a la playa.

Aparte del calor y las vacaciones, el verano y el principio del otoño son también una época incómoda para las elecciones, ya que es cuando se discute la ley de presupuestos y se aprueba finalmente en el Parlamento italiano.

¿Cómo funciona el sistema electoral italiano?

La política italiana suele estar rodeada de misterio y escándalo. Las reglas electorales son caóticas. Los nuevos partidos surgen tan rápidamente como desaparecen y la controversia y la corrupción han sacudido las carreras de los políticos durante décadas.

Para empezar, el complejo sistema electoral italiano combina los métodos de mayoría simple y proporcional. Aproximadamente un tercio de los escaños se asignan con el primer modelo y dos tercios con el segundo.

Como democracia parlamentaria bicameral, las elecciones generales deciden la composición de la cámara baja, la Cámara de Diputados (Camera dei Deputati) y el Senado (Senato).

Los italianos mayores de 18 años pueden votar, pero no eligen directamente a su primer ministro. El jefe de gobierno se elige después de que se reúna el nuevo parlamento y un candidato haya ganado un voto de confianza y la aprobación del presidente.

A diferencia de Francia y Estados Unidos, el presidente de Italia no ejerce el poder ejecutivo y se elige en una ronda de elecciones diferente y muy secreta.

Aunque el marco general del sistema político italiano se ha mantenido en gran medida desde que el país se convirtió en una república en 1947, las leyes electorales cambian con frecuencia y este año, las cosas serán un poco diferentes para los italianos que se acudan a votar.

Al igual que en las últimas elecciones generales, celebradas en 2018, el sistema electoral actual favorece a las coaliciones frente a los partidos individuales y fija el umbral de la mayoría en el 40% de los escaños.

Sin embargo, tras el referéndum de 2020, el número de escaños parlamentarios se ha reducido. Los italianos votarán ahora a 400 diputados, frente a los 630 anteriores. El número de senadores también se ha reducido, de 315 a 200. Debido a los numerosos cambios que se han producido a lo largo de las décadas, el sistema político italiano tiene fama de ser especialmente inestable.

Los gobiernos han colapsado repetidamente, dando lugar a 67 gabinetes en los 76 años transcurridos desde la creación de la república italiana. Las debilidades socioeconómicas de la nación -debido a un patrimonio cultural fragmentado, una marcada división entre el norte y el sur y la dependencia de la ayuda exterior- han agravado aún más este problema.

Además, el panorama político del país se ha vuelto aún más volátil en las últimas tres décadas. El vacío de poder que siguió al colapso de los principales partidos italianos, plagados de corrupción, a principios de la década de 1990, dio lugar al ascenso al poder del magnate de los medios de comunicación Silvio Berlusconi; su liderazgo divisivo fue seguido posteriormente por una serie de gobiernos de coalición de corta duración a lo largo de la década de 2010, después de que nadie consiguiera obtener una mayoría.

Los principales partidos y candidatos: ¿a quién vota Italia?

La llamada “coalición de centroderecha” (coalizione di centrodestra) lidera actualmente las encuestas e incluye cuatro partidos, entre ellos Hermanos de Italia (Fratelli d’Italia, FDI) de Giorgia Meloni; la Liga Norte (Lega Nord, LN) de Matteo Salvini; y Adelante Italia (Forza Italia, FI) de Silvio Berlusconi.

Gregorio Borgia/Copyright 2022 The Associated Press. All rights reserved
De izquierda a derecha, Matteo Salvini de La Liga, Silvio Berlusconi de Forza Italia, Giorgia Meloni de Hermanos de Italia y Maurizio Lupi de Noi Con l’Italia.Gregorio Borgia/Copyright 2022 The Associated Press. All rights reserved

Hermanos de Italia es ahora el mayor partido de la coalición según las encuestas. Se trata de una fuerza socialmente conservadora y nacionalista que hunde sus raíces directamente en el Movimiento Social Italiano -un partido neofascista creado tras la desaparición de Benito Mussolini-, Hermanos de Italia ha sido habitualmente puesto en la picota por sus vínculos con el fascismo, de los que, según los críticos, el partido aún no se ha desprendido.

El profesor Andrea Mammone, de la Universidad de la Sapienza de Roma, experto en historia política de la extrema derecha italiana, declaró a Euronews que el partido está “en línea con la tradición neofascista” y que “muchos de sus miembros muestran un enfoque positivo hacia el régimen de Mussolini”.

De hecho, dos de los miembros de Hermanos de Italia son descendientes directos del dictador Benito Mussolini y llevan con orgullo su apellido. Además, una entrevista reaparecida de 1996 muestra a una Meloni de 19 años diciendo de Mussolini que fue un “buen político” que “hizo todo lo que hizo por Italia”.

Sin embargo, el actual manifiesto de Hermanos de Italia no tiene ninguna alusión directa al fascismo, y ha atenuado parte del conservadurismo social de su programa de 2018 cambiando las preocupaciones sociales por las económicas. Hay que señalar que Meloni sigue empleando un estilo retórico de derecha dura que hace hincapié en “Dios, la patria y la familia”.

**A principios de este verano, se dirigió a un mitin de extrema derecha en España, arremetiendo contra los “lobbies” LGBTQ+ y la “violencia islamista.”**Junto a ella está su colega de coalición Salvini, de la Liga Norte, cuyo antaño meteórico ascenso al poder -en 2019, su partido rozó por sí solo el umbral de la mayoría del 40%- ha sido eclipsado por Meloni.

La Liga Norte comenzó en la década de 1990 como un movimiento secesionista que reclamaba la independencia de las prósperas regiones del norte de Italia, pero Salvini la rebautizó a mediados de la década de 2010 como una fuerza nacionalista.

Se presenta con un manifiesto que es coherente con su antigua propuesta antiinmigración, prometiendo recortes a las llegadas clandestinas (“Stop agli Sbarchi”, o “detengan las llegadas en barco”).

Además, Salvini también ha sido durante mucho tiempo un admirador de Vladimir Putin y llevó una camiseta con la cara del presidente ruso en 2017. Aunque se opone a la invasión de Ucrania y se distancia del Kremlin, también ha afirmado que las sanciones perjudican más a los italianos que a los rusos.

El tercero de los partidos de centro-derecha es el Forza Italia del ex presidente Silvio Berlusconi. La plataforma de su partido puede tener un enfoque más moderado que el de sus aliados de la coalición, pero es su historial personal de escándalos -desde su condena por evasión de impuestos en 2013 hasta su amistad de décadas con Putin y las acusaciones de solicitar servicios sexuales a una menor- lo que ha atraído un mayor escrutinio.

Aunque el electorado de Forza Italia se ha reducido considerablemente en los últimos años y ahora es una fuerza menor en la coalición, el apoyo de Berlusconi a Meloni y Salvini parece necesario para garantizar que la coalición alcance la mayoría. Esto significa que el partido del controvertido ex primer ministro aún podría inclinar la balanza y tener un poder considerable.

En el otro lado del espectro político está la coalición de centro-izquierda (coalizione di centrosinistra). Su mayor fuerza es el Partido Democrático (PD), al que se unen otros pequeños partidos con diversas posiciones progresistas. El PD está dirigido actualmente por Enrico Letta, profesor y ex primer ministro de Italia de 2013 a 2014.

El PD tiene una postura ampliamente moderada y proeuropea, y se opone vehementemente a Putin y a la guerra de Ucrania. También apoya abiertamente los derechos del colectivo LGBTQ+, incluido el matrimonio entre personas del mismo sexo y la legislación para combatir la homofobia.

El Partido Democrático advierte especialmente sobre el ascenso de Hermanos de Italia, que considera que puede desatar una marea autoritaria.

El Movimiento 5 Estrellas (M5S), que vuelve a presentarse como partido independiente, quiere alejarse del binario político izquierda-derecha. El ex primer ministro Giuseppe Conte es su líder.

El partido populista, cuya orientación política siempre ha sido algo nebulosa, fue fundado por el cómico Beppe Grillo y el empresario digital Gianroberto Casaleggio en 2009, como una fuerza popular antisistema que se moviliza contra la corrupción.

El ethos del Movimiento Cinco Estrellas ha sido durante mucho tiempo una reivindicación de trascender la política “tradicional”, con una plataforma construida sobre la democracia digital, la sostenibilidad medioambiental y una mezcla de posturas sociales progresistas y conservadoras. Su ascenso en la década de 2010 se produjo en la cresta de la crisis de la eurozona y en el deterioro de las condiciones socioeconómicas de Italia, lo que le llevó a convertirse en el mayor partido del país en las elecciones generales de 2013 y 2018.

Sin embargo, las divisiones internas en el Movimiento -especialmente después de que el antiguo líder del partido, Luigi di Maio, abandonara el barco y se uniera a las fuerzas de centro-izquierda-, así como la imagen cada vez más institucional del partido, han mermado su atractivo populista. De hecho, las encuestas indicarían que ha sufrido una hemorragia de más de la mitad de su electorado desde 2018.

La última de las grandes fuerzas políticas en liza es el llamado “Terzo Polo”, una coalición centrista formada por partidos escindidos del PD -Acción (Azione) del exministro Carlo Calenda y la Italia Viva (IV) del exprimer ministro Matteo Renzi-.

Este nuevo bloque se formó después de que la malograda coalición de Calenda con el centro-izquierda fracasara en agosto, habiendo durado sólo cinco días.

Ambos candidatos se presentan con una plataforma económicamente liberal y proeuropea que pretende revitalizar y digitalizar las empresas italianas.

Además de los cuatro grandes bloques políticos, se presentan otros partidos menores, desde la Unión Popular (UP), de extrema izquierda, hasta, curiosamente, el recién creado Italexit, que, como su nombre indica, aboga por la salida de Italia de la UE.

Dado que todos ellos obtienen porcentajes de un solo dígito en las encuestas, es poco probable que estos partidos obtengan muchos escaños en el parlamento o incluso que alcancen el umbral necesario.

¿Cuáles son las principales cuestiones en juego?

Mientras la guerra en Ucrania hace estragos y ha desencadenado una importante crisis energética en toda Europa, el aumento de las facturas y el coste de la vida, cada vez más inasequible, han ocupado un espacio central en los actuales debates electorales.

Una reciente encuesta de Quorum/YouTrend ha mostrado que el 90% de los italianos están preocupados por sus facturas de energía.

Los partidos han ofrecido diversas soluciones, aunque no todas se han expuesto con claridad, sobre todo teniendo en cuenta el actual estancamiento a nivel de la UE. El centro-izquierda propone una limitación del precio de las facturas, mientras que la derecha aboga por la autosuficiencia energética, especialmente impulsando la energía nuclear, y ha sido criticada por sus oponentes por establecer vínculos entre las sanciones y el aumento de los precios.

Otro gran punto de discordia es el Plan de Recuperación y Resiliencia de Italia después de COVID-19, que forma parte de un esfuerzo de toda la UE para inyectar fondos en las economías de los Estados miembros, por el que Italia obtendría un paquete de 190.000 millones de euros de Bruselas.

**Aunque el Partido Democrático lo apoya en su forma actual, los Hermanos de Italia han pedido que se reforme.**La derecha tiene otro punto importante programa: la introducción de un impuesto plano, que limitaría la tributación al 15% en todos los tramos. El centro-izquierda se opone a esta medida, ya que apoya la imposición progresiva.

Aunque la inmigración ya no sea el tema candente que fue en las elecciones de 2018, no ha desaparecido de las agendas de los partidos. Salvini y, en menor medida, Meloni -que ahora ha relegado el tema a la parte inferior de su nuevo manifiesto- han enmarcado la inmigración como una cuestión de seguridad y han pedido un endurecimiento de las actuales leyes de inmigración.

El medio ambiente es un tema importante para el centro-izquierda y el Movimiento Cinco Estrellas, pero recibe una mención de todos los partidos.

Por último, también se están planteando cuestiones relacionadas con los derechos LGBTQ+ a medida que se desarrolla la campaña, especialmente porque la posibilidad de un gobierno de derecha socialmente conservador ha alarmado a ciertos grupos progresistas de la campaña.

A principios de este mes, un activista LGBTQ+ irrumpió en el escenario de un mitin de los Hermanos de Italia y entabló un breve diálogo con la propia Meloni.

Meloni, que se opone al matrimonio homosexual y a la adopción en parejas del mismo sexo, se opuso recientemente a un episodio de Peppa Pig por mostrar a padres gays.

No obstante, el manifiesto de los Hermanos de Italia se ha comprometido a mantener la ley de uniones civiles entre personas del mismo sexo, a la que el partido se opuso cuando entró en vigor en 2016.

Lo que dicen las encuestas: ¿quién tiene posibilidades de ganar?

**La política italiana es notoriamente voluble, y los sondeos de opinión han fluctuado enormemente en los últimos años.**Si se miran los sondeos de hace diez años, el partido de Berlusconi era el más grande de Italia; cinco, era la Liga de Matteo Salvini; y ahora, los Hermanos de Italia de Meloni, que en 2018 solo habían obtenido el 4% de los votos.

Si nos fiamos de las encuestas, parece que el meteórico ascenso de Giorgia Meloni la convertirá en la primera mujer que ocupa el cargo de Primer Ministro en Italia. La política romana lidera el mayor partido de una coalición que obtiene entre el 46 y el 48% de los votos, muy por encima del 40% necesario para obtener la mayoría.

Hermanos de Italia, por su parte, obtiene entre el 24 y el 26% de los votos, mientras que la Liga y Forza Italia se sitúan en el 12-14% y el 7-9%, respectivamente.

A la zaga se encuentra la coalición de centro-izquierda, que se sitúa actualmente en torno al 27-29%, mientras que el Partido Democrático se sitúa en el 22-24%. El Movimiento Cinco Estrellas está actualmente en el 13-14%, mientras que el bloque centrista “Tercer Polo” en el 5-7%.

Sin embargo, se ha registrado un número especialmente elevado de indecisos, y se calcula que el 41% del electorado no piensa votar. El PD está intentando especialmente atraer a los votantes jóvenes, que cree que aún podrían influir en los resultados a su favor.

Forza Italia también busca crecer con el electorado joven. Recientemente, el ex Primer Ministro Silvio Berlusconi se unió a la aplicación de redes sociales Tik Tok, en un intento de atraer a los votantes más jóvenes y primerizos, y bromeó diciendo que no estaba allí para atraer a las mujeres jóvenes.

“Ahora me dirijo a los mayores de 18 años. ¿Para preguntar qué?” bromeó Berlusconi en su primer vídeo de Tik Tok. “¿Que me presentéis a vuestras novias? En absoluto. Para pediros que votéis el 25 de septiembre y me votéis a mí”.

Con Información de euronews