LATINOAMÉRICA

Cómo los “capitales corrosivos” de China se expandieron en las centrales hidroeléctricas de Ecuador

Un informe indica cómo estos megaproyectos de construcción están contaminados por la falta de transparencia, corrupción, precios exorbitantes y fallas estructurales

Las inversiones procedentes de países autoritarios son calificados como “capitales corrosivos”. Esto es lo que sucede con países como China y Rusia que prestan sus recursos a países con instituciones débiles. Así lo describe un reciente informe publicado por la Fundación Ciudadanía y Desarrollo que ha sido avalado por el Centro para el Emprendimiento Internacional para la Empresa (CIPE).

El CIPE definió al “capital corrosivo” como un capital que fluye desde países autoritarios a democracias nuevas o en vías de transición y que, particularmente, carece de transparencia, rendición de cuentas y funciona con la intención de incidir en la política doméstica de los países que lo reciben.

Este fenómeno sucede en Venezuela o Bolivia, a donde llegan fondos provenientes de Rusia, así como en Ecuador provienen de China. Los recursos llegan a través de distintas modalidades de inversión extranjera directa, préstamos relacionados con contratos con empresas del mismo país patrocinador caracterizados por altas tasas de interés y endeudamiento a corto plazo.

En Ecuador, los principales ejemplos de estos capitales son las centrales hidroeléctricas Coca Codo Sinclair, Toachi Pilatón, Sopladora, Minas-San Francisco. Lo mismo puede decirse sobre la preventa de petróleo, el caso Tundayme, la construcción de la Universidad Yachayo la ampliación de la autopista Simón Bolívar, todas construidas bajo el mismo modelo de contratación.

Los megaproyectos de construcción contaminados por los capitales corrosivos luego son denunciados por corrupción, precios exorbitantes y fallas estructurales. El informe macro explica que entre 2005 y 2013, alrededor del 75% de las inversiones de China consistente en USD 70 mil millones y los préstamos que suman USD 74 mil millones destinados para América Latina se concentra en los países amazónicos, especialmente Brasil, Venezuela, Ecuador y Perú. La mayoría de estos fondos son para industrias y actividades extractivas de alto impacto ambiental y social.

La Coca Codo Sinclair ha presentado más de 10.000 fisuras. (Foto: Corporación Eléctrica del Ecuador)

La Coca Codo Sinclair ha presentado más de 10.000 fisuras. (Foto: Corporación Eléctrica del Ecuador)

El informe describe las siguientes señales de alerta para identificar dicha modalidad financiación: cuando un gobierno recibe financiación de un gobierno autoritario, cuando los términos del contrato se mantienen en reserva, cuando los documentos delcontrato se mantienen reservados, cuando se incorporan cláusulas de confidencialidad, por la falta de transparencia de los compromisos asumidos, cuando los fondos se utilizan para proyectos en áreas que son propensas a la corrupción.

En 2010-2019, China otorgó a Ecuador un préstamo de USD 22.6 mil millones a través del Banco de Exportación e Importación de China y del Banco de Desarrollo de China, ambas instituciones de crédito públicas del gigante asiático. Este capital se utilizó principalmente para construir infraestructura nacional en áreas estratégicas, así como para construir carreteras y otros proyectos importantes. Por estos créditos, Ecuador está endeudo hasta 2039.

Los préstamos chinos siguen la lógica del “triángulo de hierro”, que consiste en proporcionar los equipos, capacitadores y capacitaciones necesarios para la operación, a cambio de compensaciones de otro tipo. Principalmente los bancos chinos otorgaron préstamos con la condición de que las empresas chinas y un cierto porcentaje de trabajadores chinos dirijan las operaciones de construcción y administración de los recursos prestados.

Camiones se ven mientras inicia la producción de la mina de cobre propiedad de Ecuacorriente, una subsidiaria del consorcio chino CRCC-Tongguan, en Tundayme, Ecuador, Julio 18, 2019. REUTERS/Daniel Tapia

Camiones se ven mientras inicia la producción de la mina de cobre propiedad de Ecuacorriente, una subsidiaria del consorcio chino CRCC-Tongguan, en Tundayme, Ecuador, Julio 18, 2019.

Con esta forma de financiamiento condicional el país prestatario está obligado a contratar a la empresa china que el prestamista le imponga y por tanto está impedido de convocar a un proceso de licitación pública como obliga la ley. Incluso, una vez terminada la obra, la empresa china podría quedarse administrando el proyecto construido.

Según el Ministerio de Finanzas del Ecuador, en el período 2010-2019 se tomó prestado un total de 16.1 mil millones de dólares de la banca china a tasas de interés del 2% al 7%, destacándose a las empresas chinas como las constructoras y directoras de los proyectos.

El Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo o la Corporación Andina de Fomento, que suelen tener plazos de 18 a 25 años con una tasa de interés inferior al 4,5%.

Más del 80% de los préstamos de China a Ecuador tienen tasas de interés entre 6,25% y 7,91% a un muy corto plazo que va de los 2 a los 8 años.

Con Información de Infobae