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Su yo del futuro vino a salvarla de una ciudad en la que “desaparecen chicas como agua por el desagüe”

La fantasía se mezcla con la realidad en “Treinta me habla de amor”, el debut de la mexicana Alessandra Narváez Varela, una novela sobre amor propio, feminismo y desapariciones de mujeres y niñas en Ciudad Juárez.

¿Qué harías si un día se te apareciera, como por arte de magia, una versión futura de vos misma? ¿Cómo reaccionarías si esa persona te dijera que viene a salvarte? ¿Y si esta desconocida te hablara de un raro tipo de amor? En un lugar como Ciudad Juárez, México, en donde “desaparecen chicas como agua por desagüe”, las adolescentes tienen que cuidarse de los extraños. Especialmente en los 90.

En Treinta me habla de amor, primer libro de la escritora y poeta mexicana Alessandra Narváez Varela, la autora compone una vertiginosa y dinámica novela que, para los parámetros de la literatura juvenil, rompe con todas las reglas. Y es que, en vez de estar compuesta por largos capítulos escritos en prosa, esta historia está contada a partir de ágiles y rítmicos poemas.

“El libro trata sobre la vida de Anamaría en su amada Ciudad Juárez. Está obsesionada con las calificaciones y asiste a una escuela que también lo está. Mala mezcla ¿no? Esto da como resultado sueños de muerte, erupciones en los nudillos y mal cabello. Ella llega a conocer a Treinta, una mujer que manifiesta venir del futuro y que dice todo tipo de cosas raras y cursis”, así lo describió Narváez Varela.

Con una lectura voraz que hará que nadie pueda despegar los ojos del papel hasta llegar a su sorprendente final, Treinta me habla de amor posee una trama con un tinte feminista que aborda temas como la violencia de género y las desapariciones de mujeres y niñas en Ciudad Juárez, pero sin dejar de lado la aparición de elementos de fantasía que rompen con la realidad. Y el mensaje es fuerte y claro: “¿Por qué sería raro amarte a ti mismo?”.

Así empieza “Treinta me habla de amor”

Portada de "Treinta me habla de amor", la primera novela en verso de Alessandra Narváez Varela, editada por V&R. Portada de “Treinta me habla de amor”, la primera novela en verso de Alessandra Narváez Varela, editada por V&R.

Yo no la buscaba

Ella me encontró. Golpeó

el lateral del baño del Multicinema,

donde yo me sentaba, con

la vista fija en la mancha

color fresa de mi ropa interior.

¡Toma!, me dice ahora, y me da una

toalla con envoltorio verde lima.

Susurro “gracias” porque me

dijeron que se puede aceptar

una toalla de una desconocida.

Además, el cine es un lugar

público más o menos seguro.

Encuéntrame en el puesto de comida.

Podrás ver Buscando a Eva

al menos cinco veces, dice con

demasiado entusiasmo. Se me pone

la piel de gallina: ¡me está siguiendo!

No es una exageración: en mi hogar,

Ciudad Juárez, y en mi época, 1999,

desaparecen chicas como

agua por el desagüe. Una cita con

cualquiera no será mi final.

Tengo trece, no soy tonta.

Cuando el alma me vuelve a los huesos

tiro de la cadena, no me lavo las manos

y doy un portazo al salir.

La autora sitúa su novela "Treinta me habla de amor" en Ciudad Juárez, México, donde nació y se crió, y a la cual describe como una ciudad en la que "desaparecen chicas como agua por el desagüe". La autora sitúa su novela “Treinta me habla de amor” en Ciudad Juárez, México, donde nació y se crió, y a la cual describe como una ciudad en la que “desaparecen chicas como agua por el desagüe”.

Búnkeres en Ciudad Juárez

Sin aliento y sudorosa, me echo en la

butaca de gamuza roja junto a Chachita,

mi mami. Me pregunta qué pasa. Nada,

estoy bien, digo yo, pero todavía me laten

los oídos. No estoy bien. Trato de ver

la película: un hombre vivió en un búnker

treinta y cinco años porque su padre

pensaba que una bomba nuclear destruiría

los EE. UU. ¿Hay búnkeres en Ciudad

Juárez?, le pregunto a Papiringo, mi papi, que

tiene el bigote lleno de palomitas. Anamaria,

shh, murmura él. La miro a Chachita.

Quizás, ¿por qué?, dice ella, bebiendo una

Diet Coke con lima. Estaríamos más seguros,

con menos miedo, digo muy rápido. ¿Qué? pregunta

Chachita. Papiringo dice shh otra vez. Respiro

fuerte y les aprieto las manos: los dedos de

esqueleto de Chachita hacen crac. Los dedos

de salchicha de Papiringo no emiten sonido.

Nosotros: la familia Sosa Aragón

Yo: Anamaria Aragón Sosa. Papis: Chachita, alias Amanda Sosa, y Papiringo, alias Carlos Aragón. Lugar: Ciudad Juárez, Chihuahua, México, a un río-charco de distancia de El Paso, Texas, Estados Unidos. Casa: Una planta, dos dormitorios, un baño y medio, y un jardín triangular minúsculo en el que Chachita mata geranios. Calle: Rancho Carmona, no es un rancho de verdad. Mascotas: Algún que otro escorpión, alguna mariposa perdida y ningún perro porque “no tenemos espacio”. Lugares destacados: Cerca del primer Walmart de la ciudad, un cine y una alcantarilla sin tapa que desborda cada mayo. Ahora es febrero. Trabajos: Mis papis son dueños de El Colorín, una taquería de la calle Adolfo Pérez Mateos. Aquí es donde estoy casi todo el tiempo, y donde hago la tarea, porque ese es mi trabajo: la escuela.

Quién es Alessandra Narváez Varela

♦ Es una poeta, escritora y maestra nacida y criada en Ciudad Juárez, México.

♦ Ha publicado su poesía en Poets.org, Huizache, Revista Acentos, Duende, La escuela Normal y TAYO.

Treinta me habla de amor es su primera novela en verso.

Con Información de Infobae