INMIGRACIÓN

¿Qué pasará con el acuerdo migratorio entre Turquía y la UE si la oposición gana las elecciones?

Cuenta atrás para las elecciones en Turquía del próximo 14 de mayo. Por el momento, la economía es el tema que está dominando los debates.

Pero la crisis migratoria también está en el centro del debate. No solo la población le da importancia, sino también los partidos políticos que se disputan el poder.

Durante los últimos diez años Turquía ha visto como a sus fronteras han llegado oleadas de personas que huían de la guerra en Siria. En algunos casos, el país es la primera parada en el camino hacia Europa, sin embargo, millones de refugiados se quedan en el primer lugar seguro que encuentran.

Las encuestas señalan que, a medida que ha aumentado el número de extranjeros, también lo ha hecho el sentimiento antimigración.

Esto ha convertido la inmigración en un tema electoral candente, lo que podría tener implicaciones también para la UE.

El bloque de la oposición “Alianza Nacional” espera ganar votos comprometiéndose a devolver a su país a dos millones de sirios en un plazo de dos años. Según cifras oficiales, Turquía acoge a 3.447.837 refugiados sirios registrados bajo protección temporal hasta marzo de 2023.

Mientras tanto, el presidente Recep Tayyip Erdogan, ha hecho frente a duras críticas por parte de sus propios partidarios, debido a su política migratoria, al intentar encontrar un punto medio entre las dos posiciones.

El año pasado, aseguró que su gobierno estaba trabajando en un plan de para enviar de vuelta voluntariamente a un millón de sirios. Días después, dijo: “Nunca les expulsaremos de esta tierra. Nuestra puerta está abierta de par en par. Seguiremos acogiéndolos y no los arrojaremos al regazo de asesinos”.

Cinco meses antes de las elecciones, Erdogan anunció que más de medio millón de sirios habían optado por volver a casa, afirmando que los retornos voluntarios se estaban “acelerando”.

Una alternativa al acuerdo UE-Turquía

Los migrantes se han convertido en una herramienta de negociación entre Ankara y la Unión Europea.

En 2016, se alcanzó el Acuerdo UE-Turquía sobre Refugiados, cuyo objetivo era frenar la afluencia enviando de vuelta a Turquía a los migrantes que fueran sorprendidos entrando irregularmente en Grecia. Por cada sirio devuelto, otro se quedaría en la UE.

A cambio, Bruselas prometió dar a Ankara 6.000 millones de euros para ayudar a acoger a los sirios, además de la liberalización de visados para los nacionales turcos.

Para el profesor Kemal Kirişci, del Proyecto Turquía en la Brookings Institution, el acuerdo fue “un éxito absoluto” para la UE, aunque considera que no se podrá alcanzar un acuerdo similar en el futuro.

Unos 37.000 sirios han sido reubicados en países occidentales siguiendo el pacto “uno a cambio de uno”.

Según Kirişci, la solución más factible y realista para Turquía sería utilizar a los refugiados en el proceso de reconstrucción tras el devastador terremoto de febrero, en lugar de expulsarlos.

Kirişci se refirió a una propuesta de la ONU para que la UE y Occidente otorguen a Turquía concesiones comerciales si crea empleo formal y sostenible tanto para los refugiados sirios como para la población local.

Sobre la propuesta el experto aseguró que “reduciría la dependencia de los refugiados sirios de la ayuda humanitaria, ayudaría a aliviar el resentimiento público y disminuiría las perspectivas de movimientos secundarios”.

También añade que los sirios apoyan completamente este plan.

“Hasta el año pasado, los refugiados sirios se sentían cada vez más integrados en la sociedad turca, pero el creciente resentimiento público ha hecho que los refugiados acaben “dudando de su integración y aceptación”, lo que les hace querer marcharse.

En los últimos años ha crecido el sentimiento antisirio en Turquía y la economía ha caído en picado.

En 2017 el porcentaje de sirios que deseaban vivir en un tercer país rondaba el 32%, sin embargo, en 2021, la cifra aumentó hasta el 64%.

Mientras tanto, Kirişci afirma que es poco probable que los migrantes sean la prioridad principal para el nuevo Gobierno, que se enfrentará a cuestiones más urgentes como el estado de la economía.

¿Qué ocurrirá en el futuro?

Independientemente del resultado de las elecciones, es probable que la inmigración siga siendo un tema polémico durante los próximos años.

“La deportación y las devoluciones han sido un tema candente durante mucho tiempo”, afirma Sibel Karadag, experta en migración y fronteras de la Universidad Kadir Has. “Los países occidentales deportan a los migrantes a sus países vecinos y éstos los envían de vuelta a sus países de origen”.

Señaló una política oficial de dilución y barrido en Turquía, donde los migrantes son devueltos a zonas del norte de Siria bajo control turco, “clasificándolo como devoluciones voluntarias”.

Según Karadag, esta es una política que continuará, pero pueden estar teniendo lugar cambios más profundos.

En su campaña electoral, el bloque de la oposición esbozó una solución en cuatro pasos para la crisis migratoria en Turquía.

En primer lugar, quiere intentar alcanzar la paz y “sentarse” con el Gobierno sirio.

El partido de Erdogan aún no ha anunciado su programa electoral. Sin embargo, su deseo de negociar con Siria y sus esfuerzos por reubicar a los sirios son factores clave de la campaña electoral.

Para ambos expertos, hacer las paces con Damasco no es una posibilidad, mientras Ankara tenga tropas en el norte de Siria.

Según Karadag, la migración y la gobernanza de las fronteras también seguirán siendo clave en las relaciones UE-Turquía.

“La UE ha intentado externalizar esta cuestión a Turquía como parte de su enfoque global más amplio para controlar la inmigración, y Turquía la ha convertido en una herramienta de negociación”, afirma.

Ankara ha utilizado “la amenaza” de abrir su frontera para negociar “apoyo financiero adicional o tolerancia política tácita para el régimen”, añade Karadag.

En febrero de 2020, Erdogan envió en autobús a miles de migrantes a la frontera griega, advirtiendo de que enviaría más a menos que llegara el apoyo internacional y la UE dejara de criticar su intervención militar en Siria.

Se produjeron violentos enfrentamientos en la frontera, y la policía griega impidió el paso.

Para Karadag, si Turquía intentara devolver en masa a su población migrante, podríamos volver a ver escenas similares, aunque la frontera entre Turquía y Grecia es mucho más mortífera, con probados empujones de las fuerzas de seguridad griegas.

“La Unión Europea seguirá apoyando cualquier tipo de acción extralegal para impedir que los migrantes lleguen a sus puertas”, afirma.

“La primera tarea [del nuevo Gobierno] debería ser construir una diplomacia crítica y fuerte con principios basados en los derechos contra las políticas migratorias y fronterizas de la UE”.

“[Debe] llevar a cabo una política que ponga la dignidad humana en el centro”.

Con Información de euronews