Dos almas en búsqueda de redención y libertad en este thriller nórdico cargado de suspenso
“Sol de sangre” es una historia de crimen y familia con clima claustrofóbico y estética nórdica en esta
Sol de sangre (The Hanging Sun) es una adaptación de un libro de Jo Nesbø, el escritor noruego más popular de todos los tiempos. Esta coproducción entre Italia y Gran Bretaña está ambientada en un pequeño pueblo nórdico en la época del año cuando el sol no se pone nunca y el día dura 24 horas.
John (Alessandro Borghi) está huyendo después de traicionar a su padre, un poderoso jefe criminal (Peter Mullan). Viaja al norte para evadir a su hermano (Frederick Schmidt) y se refugia en un pueblo donde habita una pequeña comunidad religiosa bastante estricta. John conoce a una mujer con un pasado complicado llamada Lea (Jessica Brown Findlay) y al mismo tiempo se convierte en una figura paterna para su hijo Caleb (Raphael Vicas). Mientras busca huir de su familia criminal, ella intenta liberarse de esa sociedad machista, religiosa y opresiva.
Que la película esté hablada en inglés y tenga varios rostros conocidos como el mencionado Peter Mullan y también Charles Dance no le quita su aspecto nórdico. A pesar de que no es del todo precisa acerca del lugar donde transcurre la historia, si la película fuera completamente noruega, a nadie le sorprendería. Es evidente que la pluma del popular músico y escritor Jo Nesbø es lo que le termina de dar esos tonos e identidad.
¿Podrán los dos personajes centrales compartir sus problemas y solucionarlos juntos? Lo bueno de que la película no sea norteamericana y que además esté basada en un libro es que los espectadores que no hayan leído ese texto no sabrán a ciencia cierta si la película se encamina hacia un final feliz o una tragedia absoluta. Ese es el único suspenso que hay en este largometraje de noventa y tres minutos que no termina de convencer a pesar de tener varios climas bien logrados.