PANAMÁ SE LO MERECE
Aún recuerdo la agradable impresión que me produjo la visita que hice a Panamá en 2010. Era una ciudad pujante y luminosa, llena de rascacielos y de autopistas que se erigían sobre el mar con paseos peatonales que se habían ganado empujándolo costa afuera y donde una pintoresca ciudad caribe colonial se refaccionaba para recuperar el esplendor de aquel puerto donde alguna vez llegó todo la plata y el oro del Potosí para ser trasportado a Europa, pues otrora como ahora es más fácil atravesar el istmo que el continente para pasar del Pacifico al Atlántico.
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